Todas las noches la misma historia. Salir de trabajar y
volver a horas inhumanas a casa, y todo por un sueldo que se come toda mi
hipoteca. Siempre la misma carretera, la 234, no, no es una carretera de una
película de miedo, al contrario, destaca por ser tan tranquila que a veces me da por
echarme cabezadas mientras conduzco, no sé, que pasará el día en que esa
cabezada sea definitiva. Mientras relato esta historia en mi mente ya he
arrancado mi coche, esta vez estoy entretenido, una historia para mis adentros
y música clásica como cada noche, es posible que me duerma, algo que se incrementa con que me esté distrayendo y entrando en un
estado de ``empanamiento´´ mental que casi atropello a ese hombre que salía
tranquilamente a tirar la basura, suerte que estaba mi hermano a mi lado para
avisarme, ah, sí, no os he comentado que lleva un rato comiéndome la cabeza,
quién me iba a decir que después de 5 años, iba a estar conduciendo de nuevo
junto a mi hermano, debí de haber tomado la salida hacía la autopista del cielo
cuando hace diez minutos di la cabezada definitiva…
Jose Sánchez
22 de febrero de 2013