Le quiero. Después de tres años y poco más de relación lo
deseo cada momento que le miro a los ojos desde el primer día que lo vi. Adoro
cuando me acaricia el pelo para luego cogerme con las manos y tumbarme en su
pecho después de haberme poseído durante toda la noche. Sé que cada mirada suya
es un te quiero tras otro. Nos montamos en su coche y en 20 minutos estamos cenando,
para variar, me ha sorprendido, me ha llevado a cenar a su casa, donde había
cocinado para mí. La velada ha sido perfecta. Consigue que me sienta la chica
perfecta. No puedo pasar la noche en su casa, por lo que me lleva a la mía. ¡PUM…!
Me despide como siempre, juntos, en mi
puerta, me abraza y me besa soltando tras el beso un te quiero. Los dos
soltamos lágrimas. Me apoya la cabeza sobre su pecho, el sonido que hemos
escuchado antes era una bala que me ha atravesado el corazón…
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